Friday, April 11, 2008

Don Muerto viaja entre las crevices del agua


Don Muerto viaja entre las crevices del agua, laberintos termales en los que las sensaciones traspasan el lugar donde debería estar su piel. Convertido en sensaciones se mete en los castillos formados por la sustancia de la vida. Él es parte de una conciencia acuática que da conciertos con sonidos inaudibles para el oido terrestre, las frecuencias infinitas que captan las redes de oxígeno, nunca se han registrado dos sonidos iguales. Las formas son arte imperceptible, ¿Para qué sirve el arte que nadie ve? Para ser descubierto por alguien o por algo algún día, alguna forma de conciencia que vitupere lo evidente.

La geometría es universal, funciona incluso en el mundo espiritual, solo que hay formas inimaginables, amorfas parecerían a simple vista. Don Muerto se desliza por un espiral acuático hasta el fondo del mar, la oscuridad es total, pero él ya no necesita luz para ver lo que pasa. La geometría es sagrada, aunque lo sagrado tiene una definición diferente en la biología espitirual, su carácter de vital sigue siendo vigente. Incluso en las profundidades abismales las células transportan sustratos y nitratos formando millones y millones de partículas de vida. Don Muerto se pregunta si algún día las partículas formarán algo diferente, una creación de vida monstruosa y marina. ¿Algún día cobrarán conciencia?

Don Muerto se da cuenta de muchas semejanzas por todos los confines de la esfera galáctica. Los flujos fluyen congestionando el ambiente, la mayoría de ellos no son líquidos, incluso él mismo podría ser un fluido invisible destornillándose por las resbaladillas moleculares. ¿Cuándo va a llegar la muerte verdadera? Don muerto ve ciudades en los copos de agua, ve construcciones majestuosas sobre las moléculas, ve ciudades dentro de las ciudades dentro de las ciudades dentro de las ciudades. En ultramar está lleno de infinitas construcciones geométricas que podrían volver loco a cualquiera que las intente racionalizar. Un ruido ensordecedor de todo el dolor y la felicidad que se encuentran en los trillones de mundos microscópicos.

Don Muerto reza a la Santa Muerte Femenina que se lo lleve entre su pubis etéreo, que su conciencia regrese a los estados primitivos, quiere ser un hombre primitivo y decide irse a la época de las cavernas. El tiempo ya no es lineal para él. Los protozoos lo reciben. Don Muerto es un Protozoo viviendo en una ciudad hexagonal enclavada en las orillas de una molécula acuática, del lado de los hidrógenos.

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